Frankenstein recargado: biología sintética
Enviado por Silvia Ribeiro el
El tiempo que la biología sintética –una forma extrema y mucho más riesgosa de manipular los códigos genéticos, ensamblando genes artificiales– empieza a lanzar productos al mercado, sus inversionistas, que incluyen a seis de las 10 mayores trasnacionales petroleras, seis de las mayores de agronegocios, seis de las mayores químicas y las siete mayores farmacéuticas, se movilizan para impedir que Naciones Unidas estipule alguna forma de supervisión independiente o control público, tratando de que el público no se entere de qué es la biología sintética y qué implica. No sea que entiendan que es una tecnología que suma todos los problemas de los transgénicos, pero va mucho más allá en el quiebre de los equilibrios evolutivos naturales y en sus impactos sociales, económicos y ambientales.