Enviado por Veronica Villa el
Por Jim Thomas
Es posible que usted haya oído hablar de Kickstarter, un sitio web muy apreciado por artistas, diseñadores, cineastas y otros, que aprovechan la financiación que consiguen a través de esta plataforma. Pero Kickstarter ha asumido otro nuevo papel, bastante desagradable: una vía para la experimentación de las empresas de biotecnología, que buscan nuevas formas de evadir normas y regulaciones.
Generalmente, los proyectos de Kickstarter son productos inocuos, tales como cómics, y se ha optado por la prudencia. Kickstarter tiene incluso sus propios límites éticos en asuntos como las armas, las drogas y la pornografía, dejados al margen por razones obvias. Algo más misterioso es que también consideren poco éticas las gafas de sol. Sin embargo, como ya se informó esta semana, los biohackers de California quieren hacer uso de la maquinaria de Kickstarter para algo mucho más controvertido que unas gafas de sol. Pretenden que la plataforma les sirva para el lanzamiento de organismos creados mediante Bioingeniería, no aprobados, no declarados ni controlados, financiados a través de Kickstarter para usar la biología sintética en el diseño de plantas que brillan en la oscuridad.
La biología sintética es un nuevo campo que explota las técnicas de la Ingeniería Genética hasta el límite. Así que los retoques que se le hacen a la soja transgénica pueden resultar a su lado pintorescos. Se aprovechan programas de ordenador para diseñar e imprimir secuencias artificiales de ADN en una máquina denominada Sintetizador de ADN. Este ADN sintético se introduce en un organismo huésped para hacer cosas poco usuales.
La controversia está servida debido a los riesgos que sobre su seguridad se plantean en relación con estas nuevas intervenciones genéticas, los riesgos de estas armas biológicas y su impacto social. Muchos millones de dólares de la empresas, tales como Monsanto, Du Pont, BP, Shell, Chevron, Exxon, Dow, se están destinando a estos fines. Incluso los biohackers de Kickstarter tienen su propia empresa de Biotecnología, lo cual no es algo muy habitual para artistas que se quieren dar a conocer. El año pasado, 111 organizaciones solicitaron una moratoria sobre la Biología Sintética, al igual que varios países lo hicieron en la Convención de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica. Al igual que los cultivos transgénicos, cada vez hay mayor oposición hacia la biología sintética.
[Véase: https://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/10/12/biologia-sintetica-debemos-tener-miedo/]
Hacer que las plantas brillen en la oscuridad parece un truco muy raro, un capricho de la Biología Sintética. Pero lo que se está propiciando es el inicio de un negocio para ofrecer plantas que brillan: por 40 dólares, los biohackers se comprometen a enviar a todos los donantes de Estados Unidos hasta 100 semillas obtenidas mediante Bioingeniería, para plantar en el patio o donde se quiera. Hasta la fecha, cerca de 5 mil personas han enviado su dinero para tan singular proyecto de semillas, lo que significa que pretenden fabricar al menos 500 mil semillas mediante biología sintética, y luego distribuidas al azar por todos los rincones de Estados Unidos. Esto equivale a una propagación sin control de estos nuevos organismos que por cierto ni siquiera brillan como lo anuncian. Y aquí viene lo bueno: el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha dicho que no se precisan evaluaciones, supervisiones ni controles de estos grotescos organismos, pues están usando una técnica de ingeniería genética que queda fuera de la regulación del gobierno. Así que los biohackers podrían hacer todo tipo de organismos bizarros y peligrosos, propagarlos de forma generalizada, y el gobierno de aquel país no tendría poder alguno para detenerlos.
Para aquellos de nosotros que hemos estado observando la evolución de la biología sintética durante un tiempo, esto resulta doblemente preocupante. Por un lado, la Arabidopsis es una maleza y puede cruzarse con otras plantas. Por otro, esto no es ingeniería genética como la conocemos, es una nueva forma de manipulación genética extrema, y mientras el debate en pro y en contra de la biología sintética se desarrolla, un acuerdo tentativo de todas las partes es mantener una distancia saludable de las consecuencias desconocidas para la ecología y la seguridad que puedan derivarse del uso de esas técnicas.
A diferencia de los transgénicos, que utilizan secuencias de ADN ya existentes en la naturaleza, en la biología sintética las secuencias de ADN se obtienen por intervención de un ordenador. Es difícil evaluar su comportamiento en el medio, el impacto de estas secuencias, tanto en los organismos como su contexto ecológico. Hasta la fecha, no se sabe de la liberación al medio de ningún organismo obtenido mediante biología sintética, al menos dicho abiertamente. Comisiones y grupos de bioética han aconsejado la máxima precaución, una prudente vigilancia. En 2009, la Comisión de Bioética de Estados Unidos dijo:
“En esta fase temprana de desarrollo, el potencial de provocar daños por la liberación al medio de organismos u otros materiales bioactivos producidos mediante biología sintética, requiere de salvaguardias y vigilancia”. Una preocupación de la que se hizo eco la Convención de la ONU sobre Diversidad Biológica, que instó a los países a aplicar el criterio de precaución sobre “la propagación en el campo de células o genoma artificial al medio ambiente”.
Sin embargo, aquí se trata de la liberación al medio de forma intencional de gran cantidad de organismos sintéticos, y sin embargo ni siquiera se oye un susurro de precaución. Por supuesto, los biohackers afirman que todo lo que hacen es seguro y que las plantas no se convertirán en malezas. (Claro, qué van a decir). Por este motivo la regulación y supervisión es tan importante. También es bizarro que la única entidad que pudiera vetar este proyecto sea un puñado de jóvenes de Brooklyn, los responsables de Kickstarter. Y parecen muy felices de dar un impulso a la contaminación biológica producida por el uso de la biología sintética, siempre y cuando las plantas brillen y no se requieran gafas de sol.
El lema que utiliza Kickstarter para este proyecto es “Llevando la creatividad a la vida”, que toma un giro inesperado en su significado. Una vez que los biohackers hayan abierto el camino a las plantas fosforescentes, podemos esperar que Kickstarter apoye otros proyectos de biología sintética, especialmente si las plantas luminosas tienen éxito y se propagan en el medio sin escrutinio o regulación alguna.
El sueño de la biología sintética es diseñar formas de vida para liberarlas como si se trataran de aplicaciones informáticas: bacterias que elaboran biocombustibles, levaduras que crean fragancias, algas que liberan aceites y lubricantes industriales. Con la ayuda de Kickstarter y la indulgencia de Estados Unidos, podríamos tener en poco tiempo una bola de nieve de proyectos de biología sintética, que hacen fila en Kickstarter para poder traficar por correo un sin fin de organismos diseñados en laboratorio y no sujetos a regulación. Esto sería un peligroso desafío a toda precaución y vigilancia, y podría desatar una catástrofe ecológica sin precedentes.
Jim Thomas es Director de Investigación del Grupo ETC