Enero 08, 2009

Geoingenieros alemanes muestran voluntad de hierro para desafiar moratoria global de la ONU

Una controvertida expedición de geoingeniería partirá desde Sudáfrica hoy desafiando la moratoria sobre estas actividades, firmada por 191 naciones en la ONU. En respuesta, grupos de la sociedad civil global llaman a los gobiernos y a Naciones Unidas a to

El RV Polarstern, un buque alemán de investigación, propiedad del Instituto Alfred Weneger para la Investigación Marina de Postdam, Alemania, partió de Ciudad del Cabo el 7 de enero de 2009 para iniciar un experimento en gran escala de geoingeniería, llamado “Lohafex”. La expedición Lohafex, aprobada por los gobiernos de India y Alemania, según Victor Smetacek, uno de los científicos a cargo de la expedición, propone verter partículas de sulfato de hierro sobre 300 kilómetros cuadrados en el océano abierto en el Mar de Scotia, cerca de Antártica.  El equipo busca provocar un florecimiento masivo de plancton que pueda percibirse desde el espacio exterior. La expectativa es que al “fertilizar” el océano con hierro ocurra una enorme captura de carbono, lo cual demuestre que esta técnica es un remedio veloz para el cambio climático. Experimentos anteriores con fertilización oceánica han demostrado que este no es el caso.

En 2008, tanto el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) como el convenio de Londres de la Organización Marítima Internacional —tratado que regula el vertido de sustancias o desechos al mar—  establecieron una moratoria global sobre las actividades de fertilización oceánica debido a los riesgos ecológicos para los océanos y el clima.  Grupos de la sociedad civil llaman ahora a los gobiernos de India y Alemania a respetar la moratoria internacional sobre fertilización oceánica y a cancelar la expedición Lohafex, la tercera expedición para vertido de hierro en la Antártica encabezada por el Instituto Alfred Wegener de Alemania desde el año 2000.

“Si el vertido y hierro de Lohafex se realiza, será un abierto desafío al Convenio sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas,” advierte Jim Thomas del Grupo ETC, organización internacional que jugó un papel clave en lograr la moratoria. “Es particularmente chocante que Alemania, quien preside actualmente el Convenio, sea el país que rompe con el acuerdo. El florecimiento artificial de plancton podrá verse desde el espacio, pero parece que no lo ven desde Berlín.”

 

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