Enviado por ETC Staff el
La institución científica más antigua del mundo, la Sociedad Real del Reino Unido, publica hoy un muy esperado reporte sobre geoingeniería. Muchos prevén que el reporte, redactado por un panel dominado por entusiastas de la geoingeniería, recomendará que el gobierno apoye más investigaciones y quizá hasta experimentos en el mundo real con estas nuevas y polémicas tecnologías que intencionalmente manipulan el clima de la tierra en gran escala con el objetivo de disminuir los efectos del cambio climático.
“La geoingeniería es una mala idea y desafortunadamente puede transformar el libro de Lord Rees de fantasía a memoria”, dice Diana Bronson, investigadora de la organización internacional de vigilancia de la tecnología Grupo ETC, refiriéndose al libro del presidente de la Sociedad Real de 2004, Nuestro último siglo, que sugiere que es posible que los humanos no vivan hasta el final del siglo XXI.
La geoingeniería puede referirse a la inyección de sulfato en la estratósfera y el blanqueamiento de nubes para desviar los rayos solares de la tierra, la fertilización de los mares con nanopartículas de hierro para tratar de aumentar su capacidad de acumulación de carbono, la modificación intencional de los patrones climáticos globales, entre otras técnicas.
“La Sociedad Real puede aparentar precaución en su reporte pero, de hecho, cuando se trata de la geoingeniería, una luz amarilla puede rápidamente volverse verde. Para que tenga un efecto en el clima, cualquier esquema de geoingeniería tendría que ser masivo —las partículas de sulfato o el blanqueamiento de las nubes tendrían que desviar mucha luz solar y la fertilización oceánica tendría que abarcar inmensas áreas de mar. Ni los modelos de computación más cuidadosos podrán predecir qué va a suceder si un experimento se amplía a gran escala fuera del laboratorio”, afirma Bronson. “Si los gobiernos creen que existe un remedio tecnológico para el dilema del cambio climático que los deje libres de responsabilidad en las próximas negociaciones sobre cambio climático en Copenhague, estarán desperdiciando valioso tiempo y dinero en riesgosas fantasías, pasando por alto efectos secundarios potencialmente devastadores para el planeta y desviando la atención de la necesidad urgente de reducir las emisiones de carbono en la fuente.”
Un nuevo reporte especial del Grupo ETC, “El nuevo clima del Emperador: la geoingeniería como cuento de hadas del siglo XXI”, cuestiona las narrativas comúnmente usadas por el cabildeo de la geoingeniería para promover su agenda. “Al contrario de lo que afirman los geoingenieros, éste es un desperdicio de tiempo altamente costoso”, dice Bronson. El reporte de ETC convoca a una discusión internacional amplia y concluye que “cualquier esfuerzo por realizar experimentos en el mundo real con estas tecnologías es geopiratería y debe prohibirse.”
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