Enviado por Veronica Villa el
Tenemos que impedir que aprueben las semillas suicidas
En la misma semana que se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, cuyo tema central es “Sistemas alimentarios sustentables para la seguridad alimentaria y nutricional”, nos sorprende un hecho muy grave que afecta directamente la soberanía alimentaria y los derechos de los campesinos en Brasil y como efecto dominó, en el resto del mundo.
Se trata de un proyecto de Ley para legalizar la tecnología Terminator, que no está permitida en ningún país, gracias a la moratoria internacional que se aprobó en Naciones Unidas (Convenio de Diversidad Biológica) en el año 2000.
Si Brasil legaliza esta tecnología, violará la moratoria internacional y permitirá que las empresas transnacionales presionen a cada vez mas países a permitirla.
El proyecto en discusión en Brasil es el Proyecto de ley (PL) núm. 268/2007 presentado por el Diputado Eduardo Sciarra – PSD/PR, que permite la “flexibilización de la prohibición impuesta por la Ley de Bioseguridad (de Brasil) y por la Convención sobre Diversidad Biológica de las Tecnologías de Restricción del Uso Genético, TRUGs. En la práctica, si se aprueba este proyecto de ley se permitirá la producción y comercialización de semillas transgénicas suicidas que una vez cosechadas no volverán a germinar, obligando a los agricultores a comprar semillas cada ciclo agrícola. Aún peor es el hecho de que –como sabemos que ocurre con los transgénicos— las semillas suicidas contaminarán muchas otras semillas vecinas y las volverán estériles.
Después de ser rechazado por una de tres comisiones, el proyecto de ley se discutirá nuevamente este miércoles 16 de octubre. Es sumamente importante que desde Brasil y el mundo nos manifestemos ante los Diputados que integran la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ), la próxima en tratar el tema, sobre los gravísimos riesgos de esta liberación, demandándoles el rechazo a este proyecto de ley.
Para manifestarse, personas y organizaciones pueden firmar la carta a los Diputados en el sitio de change.org que será entregada a los integrantes de la CCJ.
La carta, que se encuentra en portugués, dice lo siguiente:
A los diputados de la Comisión de Constitución y Justicia
Por este medio manifestamos nuestro rechazo al contenido del Proyecto de Ley No. 268/2007 presentado por el Diputado Eduardo Sciarra, que permite la “flexibilización” de la prohibición impuesta por la Ley de Bioseguridad de Brasil y por el Convenio sobre Diversidad Biológica a las Tecnologías de Restricción del Uso Genético (TRUGs), conocidas como Terminator. La propuesta en discusión permitiría el uso de las TRUGs en dos situaciones: a) cuan do la tecnología se introduzca en cultivos biorreactores o plantas que puedan multiplicarse vegetativamente (como caña, mandioca, papas); b) cuando el uso de la tecnología constituya una medida de bioseguridad para evitar la contaminación de cultivos orgánicos o convencionales.
Si se permite, en la práctica ese tipo de tecnología impedirá que los agricultores puedan conservar y multiplicar sus semillas, que han cuidado por generaciones, y estarán obligados a comprar nuevas semillas a las trasnacionales en cada ciclo agrícola. La liberación en cualquier tipo de cultivo es la puerta de entrada para la introducción de genes suicidas en todos los cultivos del país, asegurando el monopolio de mercado a una media docena de empresas y comprometiendo seriamente la soberanía nacional.
Además la tecnología GURT está basada en una reacción en cadena, que se activa al echarle un agrotóxico. Por tanto, se podría cruzar con las semillas de vecinos e incluso mucho más allá y activarse posteriormente, produciendo un gran impacto económico para los productores y en la biodiversidad.
Justamente por estos y otros riesgos sobre la biodiversidad, por la violación que implican a los derechos de los campesinos y agricultores, es que Naciones Unidas estableció en el año 2000 una moratoria internacional contra su uso, tanto experimental, como comercial.
Si está Comisión aprueba su aplicación, Brasil no solo estará cambiando su ley nacional, con consecuencias inaceptables para los campesinos y la biodiversidad. Además estará violando unilateralmente un acuerdo internacional de Naciones Unidas, y abriendo la puerta para que otros países sean presionados por las empresas para aplicar esta tecnología.
Por tanto, compete a esta comisión rechazar este proyecto, porque atenta contra un acuerdo internacional firmado por Brasil en la comunidad internacional, pero que además es una amenaza a los campesinos y la seguridad alimentaria y la biodiversidad agrícola en el resto del mundo.