Enviado por Veronica Villa el
PYEONGCHANG, Corea del Sur — Aumenta la tensión en las negociaciones de la 12ava Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB - COP12) de Naciones Unidas en torno a la regulación de la biología sintética. Entre los 194 países que asisten a la conferencia, un pequeño club de naciones ricas con poderosas industrias biotecnológicas (Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Suiza, Brasil y la Unión Europea) han estado oponiéndose a países de África, el Sureste Asiático, América Latina y el Caribe sobre la necesidad de una gobernanza internacional para la también llamada ingeniería genética extrema.
Mientras el club de la biología sintética cuida los intereses de sus industrias biotecnológicas, los países del Sur tratan de proteger la subsistencia y los intereses de millones de agricultores en pequeña escala, campesinos y pueblos indígenas. “Hay una disputa entre un puñado de Estados ricos, promotores de la biología sintética y los países más pobres del Sur global, para cuyos agricultores y biodiversidad esta tecnología es una amenaza”, explica Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC), desde Pyeongchang, Corea, donde siguen las negociaciones. “El club de la biología sintética se niega a establecer un marco internacional para esta ingeniería genética extrema, es como si la industria biotecnológica les dijera qué hacer.”
La biología sintética, con sus técnicas de bioingeniería, da a la industria un control enorme sobre las formas de vida y el ADN, que está re-diseñando y manipulando para propósitos comerciales. Los primeros productos de la biología sintética, en su mayoría derivados de algas o levaduras rediseñadas, ya se encuentran sin normatividad alguna en alimentos, fragancias y otros bienes de consumo.
La compañía Evolva, que ha sido muy visible en Pyeongchang, lanzó al mercado un saborizante imitando la vainilla, producido con las técnicas mencionadas. Unilever y Ecover ya utilizan en sus jabones y limpiadores aceite de algas manipuladas con biología sintética. Se espera que salgan al mercado muchos otros productos a competir con cultivos de alto valor, tradicionalmente sembrados o recolectados por campesinos en el Sur. La sociedad civil ha expresado preocupaciones en el sentido de que esos nuevos productos desplacen la producción tradicional de vainilla, coco y otros bienes tropicales, al tiempo que introducen importantes riesgos de bioseguridad. “La biología sintética se presenta pomposamente como una tecnología con la fuerza para cambiar el mundo. Sin una gobernanza internacional para regularla, la liberación y comercialización de los organismos de la ingeniería genética extrema podrían tener efectos muy graves, irreversibles, de largo plazo”, asegura Jim Thomas, del Grupo ETC.
Severas diferencias salieron en las discusiones durante el fin de semana en torno a la regulación de la nueva industria. Bolivia, Filipinas, Malasia y los estados Africanos insistieron en que los marcos internacionales propuestos a la fecha no pueden ser meramente una opción extra que los países del Norte puedan ignorar. Los promotores de esta tecnología ya bloquearon propuestas anteriores de una moratoria sobre la liberación de los organismos modificados sintéticamente, como también se llaman.
Los grupos de la sociedad civil señalan que la postura de la Unión Europea parece haber sido reducida a lo que dictan un puñado de países, particularmente el Reino Unido, que recientemente se comprometió a invertir 100 millones de dólares en la pujante industria de la biología sintética en ese país. “Parece que sus ciudadanos no están siendo informados sobre las acciones arbitrarias que sus gobiernos promueven”, dijo Neth Daño, directora para Asia del Grupo ETC.
Premios Capitán Garfio 2014:
Este martes grupos de la sociedad civil realizaron la entrega de los “Premios Capitán Garfio” para denunciar que las tecnologías de biología sintética son una amenaza a los recursos genéticos y las formas de sustento de las comunidades campesinas del mundo. Reino Unido y Canadá recibieron el premio “Cueva del Pirata” por promover con tanto ahínco la industria de la biología sintética y anteponer agresivamente sus intereses individuales. La firma suiza Evolva recibió el premio “Quiero ser Monsanto” por lanzar al mercado vainillín sintético, que podría impactar a más de 200 mil familias productoras de vainilla en las selvas tropicales y por sus planes para comercializar azafrán sintético, poniendo en riesgo el sustento de los cultivadores del azafrán en el medio oriente. Glowing Plants Inc., de San Francisco, California, recibió el premio “Hackero loco”, porque planea enviar por correo cientos de miles de semillas sintéticamente modificadas a las personas incautas que financiaron el proyecto de plantas fosforescentes el año pasado mediante una campaña de internet, a pesar de la falta de regulación que existe para liberar en el ambiente los organismos derivados de la biología sintética.
Contactos y mayor información, Grupo ETC en las negociaciones del CBD en Corea:
Silvia Ribeiro, silvia@etcgroup.org
Jim Thomas, jim@etcgroup.org;
Neth Daño, neth@etcgroup.org
Para ver más sobre los Premios Capitán Garfio 2014:
CBD Alliance: http://cbd-alliance.squarespace.com/blog/2008/5/25/ecos-thursday-and-friday.html
IISD Reporting Services: http://www.iisd.ca/biodiv/cop12/14oct.html
Mayor información sobre biología sintética: http://www.etcgroup.org/es/content/biolog%C3%ADa-sint%C3%A9tica-la-bioeconom%C3%ADa-del-despojo-y-el-hambre
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NwsRls-SynBio States vs the World15Oct14.pdf | 114.68 KB |